La cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial que se encarga de corregir las deformidades dento-craneo-maxilofaciales para conseguir el equilibrio óptimo entre todos los elementos faciales del paciente.
Un implante dental es un elemento de titanio en forma de tornillo que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar debajo de la encía con el objetivo de sustituir a la raíz del diente natural que falta.
La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de corregir problemas oclusivos y de posición dental mediante diferentes métodos.
La estética dental es una especialidad de la odontología que trata problemas de salud dental relacionados con la armonía estética de la boca con el objetivo de conseguir una sonrisa perfecta.
La odontología es una de las ciencias de la salud que se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, el cual incluye además de los dientes, las encías, el tejido periodontal, el maxilar superior, el maxilar inferior y la articulación temporomandibular.
La cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial que se encarga de corregir las deformidades dento-craneo-maxilofaciales para conseguir el equilibrio óptimo entre todos los elementos faciales del paciente.
Un implante dental es un elemento de titanio en forma de tornillo que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar debajo de la encía con el objetivo de sustituir a la raíz del diente natural que falta.
La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de corregir problemas oclusivos y de posición dental mediante diferentes métodos.
La estética dental es una especialidad de la odontología que trata problemas de salud dental relacionados con la armonía estética de la boca con el objetivo de conseguir una sonrisa perfecta.
La odontología es una de las ciencias de la salud que se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, el cual incluye además de los dientes, las encías, el tejido periodontal, el maxilar superior, el maxilar inferior y la articulación temporomandibular.
Nutrición, en un sentido genérico, se refiere a la ingesta de alimentos tanto sólidos como líquidos necesarios para sobrevivir.
Tras una cirugía maxilofacial la necesidad de nutrientes se ve incrementada, pues es fundamental para facilitar la curación.
Precisamente, en los pacientes que han sido sometidos a una cirugía del territorio maxilofacial, esta necesidad puede verse comprometida puesto que las incisiones quirúrgicas alrededor de la boca o la inflamación posoperatoria pueden dificultar la masticación y la deglución.
Además, dependiendo del tipo de procedimiento que realicemos puede ser necesario alimentarse solo con líquidos. Estos factores hacen que sea especialmente importante asegurarse una buena alimentación después de una intervención en el territorio oral y maxilofacial.
El más importante nutriente de todos tras una cirugía maxilofacial es el agua. En general, un adulto sano debe beber entre 6-8 vasos al día. Sí bien esta cantidad puede verse incrementada por distintos factores como fiebre, excesivo calor e incluso tras una cirugía maxilofacial. De todos es bien conocido que el promedio de agua necesaria al día es de 2 litros.
Las necesidades de proteínas pueden verse aumentadas en caso de una cirugía maxilofacial. Estas son importantes para ayudar a la correcta cicatrización.
En los casos de colocación de implantes en una cirugía oral, extracción de muelas del juicio o realización de biopsias, no es específicamente necesario el aumento de ingesta proteica para la correcta cicatrización.
Lo que sí recomendamos es una dieta líquida o blanda durante un periodo corto de tiempo para que el paciente se sienta más cómodo y así evitar pequeños traumatismos en la zona operada.
En ocasiones sugerimos también evitar determinadas actividades físicas que puedan interferir en la correcta cicatrización y en la coagulación de la sangre.
En estos casos, inmediatamente después de la cirugía, la inflamación puede dificultar el consumo de alimentos sólidos. Éste tiempo puede prolongarse durante varios días y es, por tanto, básica una alimentación líquida. Se puede ingerir cualquier tipo de alimento, pero eso tras pasarlo por el túrmix.
No se debe olvidar una correcta hidratación bebiendo los ya comentados 6-8 vasos de agua al día.
Existen también suplementos nutricionales ya preparados con una cantidad incrementada de proteínas, calorías y vitaminas que pueden ser útiles. Después de esta primera fase de dieta líquida solemos recomendar una dieta semisólida basada en alimentos que no necesiten una gran masticación. Estos pueden ser huevos revueltos, pastas, pescados, pan de molde, entre otros.
Esta dieta puede prolongarse entre tres o seis semanas después de la cirugía ortognática.
Muy raramente en los casos de grandes fracturas en mandíbula o en maxilar realizamos bloqueos intermaxilares.
Esta fijación nos obliga llevar una dieta líquida durante todo el procedimiento. No obstante, estos casos, hoy en día son raros.
En la Clínica Calvo de Mora informamos a los pacientes de todas las dudas que tengan sobre su nutrición tras la realización de una cirugía oral o maxilofacial.
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