La cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial que se encarga de corregir las deformidades dento-craneo-maxilofaciales para conseguir el equilibrio óptimo entre todos los elementos faciales del paciente.
Un implante dental es un elemento de titanio en forma de tornillo que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar debajo de la encía con el objetivo de sustituir a la raíz del diente natural que falta.
La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de corregir problemas oclusivos y de posición dental mediante diferentes métodos.
La estética dental es una especialidad de la odontología que trata problemas de salud dental relacionados con la armonía estética de la boca con el objetivo de conseguir una sonrisa perfecta.
La odontología es una de las ciencias de la salud que se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, el cual incluye además de los dientes, las encías, el tejido periodontal, el maxilar superior, el maxilar inferior y la articulación temporomandibular.
La cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial que se encarga de corregir las deformidades dento-craneo-maxilofaciales para conseguir el equilibrio óptimo entre todos los elementos faciales del paciente.
Un implante dental es un elemento de titanio en forma de tornillo que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar debajo de la encía con el objetivo de sustituir a la raíz del diente natural que falta.
La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de corregir problemas oclusivos y de posición dental mediante diferentes métodos.
La estética dental es una especialidad de la odontología que trata problemas de salud dental relacionados con la armonía estética de la boca con el objetivo de conseguir una sonrisa perfecta.
La odontología es una de las ciencias de la salud que se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, el cual incluye además de los dientes, las encías, el tejido periodontal, el maxilar superior, el maxilar inferior y la articulación temporomandibular.
A día 1 de junio y a pleno sol es inevitable ir pensando ya en el verano y todas las cosas buenas que trae: vacaciones, mar, reuniones familiares, deporte, paseos nocturnos… sin embargo, también es la época del año en la que más pacientes descuidan su salud bucodental. Este hecho unido al de las altas temperaturas, hace que miles de bacterias proliferen en nuestra boca pudiendo producir algunas enfermedades como caries o gingivitis.
Para prevenirlo es necesario no destender nuestras rutinas de higiene dental y acompañarlo también con la ingesta de determinados alimentos que nos ayudan a prevenir estas patologías tan dañinas. El problema quizás también esté en este último punto puesto que durante el verano no sólo cambia nuestro estilo de vida sino también nuestra dieta por tipos de comidas más azucaradas que aumenten los niveles de ácidos que afectan a los dientes.
Aunque podamos ser algo reiterativos insistimos en la necesidad de llevar una correcta higiene bucodental después de cada comida o entre horas y así poder neutralizar estos ácidos que atacan directamente al esmalte dental. Acompañado de éste, debe ir el hilo dental, los cepillos interproximales e irrigadores bucales con el fin de limpiar todas las áreas de más difícil acceso.
También se aconseja la revisión tanto de adultos como de niños al especialista para detectar precozmente cualquier patología y evitar que durante el verano empeore y lo peor de todo, que nos duela y pueda estropear parte de las vacaciones estivales.
Como hemos mencionado antes, los hábitos alimenticios también se modifican y nuestro organismo nos suele pedir alimentos refrescantes como helados o refrescos aunque deben consumirse de forma moderada y sin olvidar incluir otros alimentos más adecuados para nuestra salud bucodental como:
En el otro lado de la balanza nos encontramos con alimentos perjudiciales muy típicos de esta época como los helados con un alto porcentaje de azúcar y que pueden provocar hipersensibilidad dental, las bebidas muy ácidas que favorecen la erosión de los dientes, el alcohol que favorece las infecciones bucales o caries y el vino o el café que pueden oscurecer los dientes. El tabaco por su parte disminuye la oxigenación de las encías y envejece prematuramente los tejidos que rodean a las piezas dentales. Esto no significa que no se puedan consumir estas sustancias o alimentos pero sí se recomienda que no se realice de forma excesiva.