La cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial que se encarga de corregir las deformidades dento-craneo-maxilofaciales para conseguir el equilibrio óptimo entre todos los elementos faciales del paciente.
Un implante dental es un elemento de titanio en forma de tornillo que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar debajo de la encía con el objetivo de sustituir a la raíz del diente natural que falta.
La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de corregir problemas oclusivos y de posición dental mediante diferentes métodos.
La estética dental es una especialidad de la odontología que trata problemas de salud dental relacionados con la armonía estética de la boca con el objetivo de conseguir una sonrisa perfecta.
La odontología es una de las ciencias de la salud que se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, el cual incluye además de los dientes, las encías, el tejido periodontal, el maxilar superior, el maxilar inferior y la articulación temporomandibular.
La cirugía ortognática es una rama de la cirugía maxilofacial que se encarga de corregir las deformidades dento-craneo-maxilofaciales para conseguir el equilibrio óptimo entre todos los elementos faciales del paciente.
Un implante dental es un elemento de titanio en forma de tornillo que se coloca quirúrgicamente en el hueso maxilar debajo de la encía con el objetivo de sustituir a la raíz del diente natural que falta.
La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de corregir problemas oclusivos y de posición dental mediante diferentes métodos.
La estética dental es una especialidad de la odontología que trata problemas de salud dental relacionados con la armonía estética de la boca con el objetivo de conseguir una sonrisa perfecta.
La odontología es una de las ciencias de la salud que se encarga del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades del aparato estomatognático, el cual incluye además de los dientes, las encías, el tejido periodontal, el maxilar superior, el maxilar inferior y la articulación temporomandibular.
Llevar una higiene bucal correcta desde pequeños es el mejor arma para prevenir enfermedades en la etapa adulta, de ahí que los expertos insistamos tanto en concienciar y enseñar a nuestros hijos determinados hábitos desde muy pequeños. Sin embargo, muchos padres nos siguen preguntando en la Clínica Calvo de Mora cómo enseñar estas rutinas a los más pequeños de la casa para que lo adquieran como un hábito desde edades tempranas y perviva en ellos para siempre.
Nosotros os recomendamos que les motivéis a que lavarse los dientes es una acción divertida, de tal manera que se lo podemos transmitir mediante una canción, un baile o incluso un cuento. Los cepillos de dientes y los dentífricos infantiles tienen formas y colores que pueden resultar también más atractivos.
La información es un aspecto primordial para que puedan interiorizar todo el proceso, de forma que las pautas e instrucciones que les demos deben ser claras y durante las primeras veces debemos supervisar el cepillado para controlar que lo hacen de forma correcta y no se dejan ningún área. En este sentido, existe también una amplia variedad de literatura infantil sobre la importancia del cuidado bucodental, por lo que este tipo de libros explicativos con la descripción de la técnica mediante personajes lo convertirá en un hábito más divertido.
El cepillado dental debe convertirse en una tarea diaria, por lo que si llevamos algunas rutinas familiares apuntadas, debemos incluir ésta también para que sepan esquemáticamente cuándo deben hacerlo. Esto permite al niño interiorizar poco a poco todo lo que debe hacer para que posteriormente lo haga de forma natural.
Hacerlo junto a ellos es una gran fuente de motivación, porque recordemos que somos su icono a seguir, por lo que cepillarse los dientes juntos además se puede convertir en una actividad para hacer en familia.
El cuidado de los dientes de los niños no sólo es la clave para lucir una bonita sonrisa, sino para evitar diversas enfermedades como la caries. Algunos hábitos preventivos deben realizarse desde el nacimiento y continuar durante toda la vida.
Ahora bien, ¿cuándo debemos comenzar a inculcarle este hábito?
En primer lugar, se recomienda que ya desde el embarazo, la madre acuda al especialista ya que su estado de salud puede influir directamente en el bebé, como por ejemplo las bacterias productoras de caries en la madre pueden ser transmitidas al bebé.
El cuidado sigue desde el momento que nace cuando se debe limpiar el interior de la boca del bebé de forma suave con una gasa limpia después de cada toma. A partir de los 4 meses, hay que introducir la ingesta de agua para que cuando cumpla el primer año de edad ya pueda tomar líquidos en un vaso.
En el momento que le salga el primer diente, también se recomienda acudir al odontopediatra para que os pueda asesorar sobre algunos aspectos sobre su nutrición, hábitos orales, desarrollo dental, higiene oral y tratamientos preventivos para proteger los dientes.
Por lo tanto, el cuidado oral no tiene edad y cuanto antes acostumbremos a nuestros hijos a mantener hábitos de higiene bucal, adecuados, mejor.