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La blefaroplastia es el tratamiento adecuado para disminuir el exceso de piel y de grasa que se acumula alrededor de los ojos. Esto otorga al paciente un aspecto de envejecimiento y de cansancio que no siempre se corresponde con su edad.
Los pacientes susceptibles de someterse a una blefaroplastia suelen ser hombres y mujeres de entre 40 y 60 años de edad, que son conscientes de este problema y que cansados de tratamientos exclusivamente cosméticos superficiales, toman conciencia de la posibilidad de una mejora mas definitiva con la cirugía. Suelen ser personas activas y dinámicas, molestas con su aspecto de ‘cansancio’ que no se corresponde con su actividad y positivismo.
La primera consulta nos sirve para evaluar el estado general del paciente y sus hábitos de salud. Solemos facilitar una serie de pautas de actuación a seguir antes de la cirugía de blefaroplastia, en relación a hábitos e incluso alimentación.
La técnica la realizamos con anestesia local y sedación.
En ocasiones, si el paciente lo prefiere con anestesia general en quirófano. Es en esta última situación, necesitamos un estudio previo preoperatorio.
El procedimiento de la blefaroplastia es sencillo. Para el párpado inferior, la realizamos generalmente por vía transconjuntival, es decir se efectúa una incisión de aproximadamente un centímetro por detrás del párpado, en la zona no visible, sin dejar por tanto cicatriz en la piel. De esta manera, accedemos a las bolsas de grasa, se buscan los tres compartimientos y se resecan en la cantidad adecuada. Una vez eliminados estos acúmulos, se finaliza la intervención poniendo un puntito en la conjuntiva o dejándola sin suturar, ya que es una zona que cierra muy fácilmente y no implica ninguna complicación para el paciente.
En la blefaroplastia superior, previamente debemos señalar la piel y se realizar las incisiones en el límite del pliegue natural del párpado superior, donde se esconderá la cicatriz. Ese huso de piel sobrante, junto a una fina banda de músculo orbicular y la parte adecuada de las bolsas de grasa son resecados.
La piel se vuelve a cerrar, cosiendo los pequeñas suturas internas que asegurarán la tensión.
Colocamos al final unas finas tiritas que protegerán la cicatriz hasta que se retiren los puntos, durante siete o diez días tras la intervención.
En la Clínica Calvo de Mora estamos a la disposición de nuestros pacientes para completar todos los aspectos estéticos de su cara, como la blefaroplastia, y así conseguir no solo una sonrisa perfecta sino una cara agradable y jovial.
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